martes, 10 de febrero de 2009

¿Qué pasa si dejas la chamba?

- ¿Y qué pasa si dejas la chamba? - le dije a mi amiga R.
- Estás loco, me respondió, ¿cómo voy a mantener a mi hijo?
- Eso lo pensamos después -dije yo-, lo primero que quiero saber es si estás dispuesta a dejar tu trabajo, porque es claro que ahora, no te alcanza ni para mantenerte a ti ni para mantenerlo a él. Cada día acumulas más deudas R: debes el colegio de tu hijo, debes a la bodega, ya te da verguenza ver a tus amigos porque no les puedes pagar lo que les pediste prestado, los mil soles que te pagan no alcanzan para cubrir tus gastos, en serio, ¿Por qué no piensas en dejar tu trabajo?
- ¿Y qué haría?, por lo menos ahí me pagan algo. Si no tuviera ese trabajo mis deudas crecerían más.
- No - le dije -, tus deudas no crecerían más, tendrías mucho más horas para producir dinero, has hecho muchas cosas en tu vida, yo creo que podrías hacer algo que te proporcione el dinero suficiente para no seguir acumulando deudas.
Esta conversación es real y ocurrió a fines de noviembre. Mi amiga dejó su trabajo hacia el 15 de diciembre, ella tiene un hijo, es madre soltera, el padre no proporciona ningún apoyo económico. La ayudé a hacer su presupuesto, sus gastos ascendían a 1600 soles. Es decir, ella tenía un deficit mensual de 600 soles. Cubría parte de ese deficit haciendo algunos postres y vendiéndolos a sus vecinos. Para cubrir el resto, pedía prestado. Y muchas veces se prestaba de uno para pagar al otro. Tomaba una plata destinada a pagar una cosa para cubrir los gastos de otra. Vivía con angustia y preocupada. Y de tanta preocupación su trabajo, no era del todo bueno.
Le hablé fuerte: R, ¿te das cuenta que no puedes seguir así? No puedes seguir de vendedora de esa tienda, la empresa no te va a pagar más, ese trabajo ya no es para ti. Tus gastos son mayores a lo que esa empresa te puede pagar.
- Tienes razón, pero tengo miedo - confesó R -, la última vez que hice cosas por mi cuenta me quedé endeudada y fue peor. Y no hay trabajos para mi donde me paguen más dinero. Todos piden títulos y yo no tengo.
- Mira, ahora tienes más experiencia y, si te tomas el asunto en serio, no tienes porque salir perdiendo dinero.
Luego de su decisión, trabajé con R ayudándola a definir las cosas que mejor sabía hacer y las cosas que podían darle mayores ingresos. Los resultados hasta ahora han sido buenos, la última quincena de diciembre ganó más del doble de lo que le hubiese tocado si se quedaba en la tienda y enero, que para muchos es un mes bajo, también le fue bien: cubrió los 1600 soles que necesita. Por otro lado, yo creo que no está trabajando más. No ocupa más horas de su vida trabajando, quizás incluso las haya reducido. Sólo que ahora trabaja mejor. Pensando mucho acerca de qué es lo que le conviene hacer y cómo va a hacer para conseguir el dinero que necesitan ella y su hijo para vivir.
¿Cómo vencer el miedo? ¿Cómo no dejarse avasallar por el terror al vacío? ¿Cómo no sucumbir ante la incómoda pregunta: ahora qué hago? Esas son las cosas que R está superando. Va a tener que ir paso a paso para no comenter ningún error ahora que es independiente. Va a tener que esforzarse en hacer productos que sus clientes demanden, va a tener que cumplir con fechas y comenzar a recuperar su prestigio personal frente a sus amigos. Yo creo que eso es mejor que la situación anterior, qué estuvo bien que ella comience a pensar en dejar su chamba, qué finalmente haya tomado la decisión de dejarla, que ahora se atreva a hacer cosas que le resultan más rentables, en fin, que se haya atrevido ¿qué opinas tú?.

jueves, 15 de enero de 2009

Regla Número 1: Nunca por menos de lo que necesitas

La primera regla para buscar, aceptar o permanecer en un trabajo es: no trabajar por menos de lo que uno necesita para cubrir sus gastos. Y esa regla es inviolable. Por ello lo voy a decir de manera radical: nunca trabajes por menos de lo que necesitas para vivir. Recuérdalo siempre: Nunca.
Esto quiere decir que si aceptas un trabajo es porque has calculado que el salario ofrecido va a cubrir, por lo menos, tus gastos del mes. Y te sugiero que la lista de tus gastos del mes incluyan un ahorro de por lo menos el 10% de tu salario.
Si una oferta de trabajo no cumple con esa condición no aceptes, porque te verás envuelto en una ilusión y a medida que pasen los meses en un problema: trabajar por menos de lo que uno necesita para vivir genera deudas y las deudas generan angustias y las angustias depresiones y la depresión... un desastre.

Trabajar por menos de lo que uno necesita para vivir nos lleva al desastre.

Esta regla sirve también para todos los que actualmente tienen un trabajo. Ojo, para todos: los dependientes y los independientes y, por supuesto, sirve también para los empresarios.
Si estás en un trabajo actualmente que te tiene cada fin de mes al debe, piensa seriamente en renunciar. Si la remuneración en un trabajo no te alcanza para cubrir tus gastos ¿qué estás haciendo en ese trabajo?
Si te has inventado tu chamba, pero esta no rinde para pagar tus cuentas... ¿cuánto tiempo más vas a seguir así? ¿hay futuro, van a cambiar las cosas, la inversión o el aguante va a rendir frutos?
Y si tienes una empresa que no cubre ni el alquiler del local o no deja casi nada para tu economía personal ¿no crees que es momento de decir a otra casa mariposa?
Ojo, ese dicho que dice chamba es chamba es falso, basura pura que invita a la confusión o que justifica el que no te pongas a pensar. No toda chamba es chamba para ti. Chamba no es chamba si no cubre tus gastos. Eso es lo inteligente. Y tu eres una persona inteligente que debe tomar decisiones en función a sus necesidades e intereses.

Explico más: el sentido primordial de la chamba, cualquiera que fuera y en cualquier época de la historia de la humanidad, ha sido y es garantizar que el ser humano tenga acceso a los recursos que le garanticen seguir vivo. En el mundo moderno eso significa que uno trabaja para obtener los ingresos necesarios para pagar lo que uno y su familia necesita consumir cada día. Entonces si tu chamba no cumple esa condición, no estás chambeando, sólo te estás engañando.
Hago una aclaración: es claro que hablo de las reglas para personas ordenadas y que buscan salir adelante, no estoy pensando en aquellos que gastas demasiado en rubros como recreación o que incurren en gastos sobredimensionados para su capacidad de gasto o que han entrado en el desquiciamiento de algún vicio.
Bueno, ¿qué opinas? ¿Quieres contarme tu caso y que te ayude a tomar una decisión?